Donde los corazones se encuentran....

Daría lo que fuera por acostumbrarme al dolor, por dominarlo, por no tenerte mas miedo; estoy convirtiéndome en otra persona, estoy despojándome de la antigua piel y el proceso es doloroso, obscuro y terriblemente solitario.
Amargura....eso que me hará envejecer y olvidar el propósito. Eso, que me consumirá, hasta dejar una tenue sombra apenas palpitante, de lo que fue de mi....
Me arrastraré por las paredes -oliendo la humedad- que recordarán lo frío de mi ser, lo poco vivo que estoy....
....y me perderé... en esos paseos sonoricos que a veces son la única realidad, que a veces, son caminos hacia ti.....
....y así imagino los suplicios mas atroces, los horrores mas sádicos; pero, nada se parece a los castigos de mi mente.
Nada se parece a los hierros candentes de la culpa. Ni a los clavos oxidados de tu adiós. Entonces, hecho raíces ya muertas de secadas -de tanto esperar; me mimetiso, me fusiono, y soy tu plasma, soy tus células y pierdo el control. ¡Soy tu!.
Alcanzo niveles muy bajos, exploro terrenos profundos. Escucho música tan envenenada, saboreo besos tan verdugos; recuerdo mieles tan ponzoñosas, caricias tan peligrosas, ojos tan punzantes.
Recorro mapas negros, levanto mis párpados débiles, contagio las calles con mi dolor en donde esta la voluntad títere del destino, muñeca rota de obsesión.
Imagen tan difuminada de mi espejo, que rehúsa a hablarme. ¿Quién eres? -pregunta-.
Sueño vidas nuevas, vivo vidas nuevas, recuerdo rituales milenarios; ya no hay sangre para mi. Mis despertares son eternos ayunos, mis días crueles abstinencias; mis pensamientos cuchillos afilados, amaestrados, dirigidos a matar.
Se escucha el río de la noche, enferma tranquilidad. Y esta voz que grita desde su tinta, solo esta voz que desde dentro sigue llamando y buscando, que sigue luchando por existir.

Tu recuerdo me asusta, tu vida me asusta; el terror reina en mi infierno, las puertas de mi parar han sido clausuradas y los prados y flores que ahí crecieron, se han tornado grises y espinosas.

El lago se ha secado y las hadas han muerto todas. Ahora, todo es un cementerio de amor.