Hola...!! Esta página esta dedicada especialmente para los buenos escritores que comparten con nosotros su talento e imaginación sutil.

Luis Arturo Hernández

ArthurBoy@yahoo.com ArthurBoy, LatinLover...!!! D.F. México

Crónicas y Leyendas

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FOTOGRAFIA
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ASESORIA DE HISTORIAS VIVAS QUE DATAN DE HACE MAS DE 75 AÑOS
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CRÓNICAS Y LEYENDAS
es una publicación del Colectivo Memoria y Vida Cotidiana, A.C.
Rep. del Salvador 3-301 Col. Centro C.P. 06000. Tel.: 512 99 53

TOMO DUODECIMO
Impreso del 26 de Septiembre del año de Dios de 1997

ArthurBoy

EL INTRUSO

Foja #2 (dos)
Un viernes, después de estar en la fábrica y de pasar a comer a un restaurante de la avenida Tacuba y de caminar por varias calles de la Santa María en una tarde calurosa, Roberto regresó a la casa, prendió la televisión y se acostó. De ninguna manera el trabajo lo ameritaba, porque se sintió dominado por un extraño agotamiento. Soñó que Anaís estaba junto a él y que le sonreía; veía y escuchaba también a Sonia, quien se acercó a él para tocarle las mejillas con sus manitas heladísimas, lo que lo hizo despertar. Se levantó de la cama extrañado por el frío que hacía en la recámara. Se puso uno de los suéteres y salió a revisar las puertas y las ventanas, en la creencia de que alguna de ellas por descuido suyo debió quedar abierta. Su plan para esa noche de asistir a alguna obra de teatro se había arruinado porque se había despertado tarde; le extrañó que las puertas y las ventanas estuvieran perfectamente cerradas.
Cuando Roberto estaba en la cocina preparando una taza de café, la corriente eléctrica se interrumpió y se asomó a la calle. Por lo menos el alumbrado público funcionaba y los escasos transeúntes eran los normales para una calurosa noche en la ciudad, por lo que el aire frío que corría dentro de la casa resultaba todavía más extraño. Sonó el timbre y caminó hacia la puerta para ver quién llamaba a esa hora. Quizá era alguno de los ingenieros de la fábrica que llegaba a invitarlo a ir de parranda, pensó, sólo que no había nadie en la puerta. ¡Roberto!, alguien gritó a su espalda y al voltear, miró la silueta de una mujer al fondo y contra el ventanal de la sala. ¿Quién es y qué cosa hace esa mujer allí?, murmuró entre dientes y antes de que pudiera pensar en alguna otra cosa la silueta desapareció y solamente quedó el resplandor del pequeño jardín interior que las cortinas traslucían.