Luis Arturo Hernández![]() ![]() DIRECTORIO JERMAN ARGUETA Director General JOSE ARGUETA GARCIA Coordinador Editorial JUANA ARACELI ORDAZ "EL ANIMA SOLA" Diseño Gráfico CONCEPTO Y REALIZACION CORRECCION DE PRUEBAS David Elías Briseño FOTOGRAFIA Francisco Enríquez Muñoz ASESORIA DE HISTORIAS VIVAS QUE DATAN DE HACE MAS DE 75 AÑOS Livia Fernández Lagos CRÓNICAS Y LEYENDAS es una publicación del Colectivo Memoria y Vida Cotidiana, A.C. Rep. del Salvador 3-301 Col. Centro C.P. 06000. Tel.: 512 99 53 TOMO DUODECIMO Impreso del 26 de Septiembre del año de Dios de 1997 |
EL INTRUSORoberto pensó en salir de la casa, pero las llaves de la puerta estaban arriba, en la recámara, y no recordaba con precisión si la copia la había dejado en algún lugar de la cocina, por lo que prefirió mantener la calma. Pensó que de la serenidad y la paciencia que pudiera tener, dependía su vida, pese a lo cual y en un acto audaz se movió de su lugar para refugiarse en el rincón que hacía el muro junto con la escalera; se arrinconó y apoyó la frente contra las rodillas, tragó saliva y permaneció quieto. Podía adivinar con una clara conciencia y como si lo estuviese viendo, la presencia del hombre, quizás sentado en una de las sillas o quizás de pie y hundido en la obscuridad de un rincón, mirando la puerta abierta de aquella recámara semivacía ocupada por una pequeña mesa y un par de cajas de libros. Roberto había perdido toda noción de tiempo y no sabía si habían transcurrido algunos minutos u horas, si serían las doce de la noche o las dos o tres de la madrugada, pero en ese momento deseó desesperadamente que amaneciera el nuevo día. La respiración del hombre se hizo más desesperada y éste se levantó de donde estaba; la duela de la recámara vacía y de un lado a otro del pasillo, crujió con los pasos. Abrió y cerró de golpe la puerta de la tercera pieza y también la del baño. Movió algunas cosas en el pequeño desván produciendo un ruidero de cosas que caían al piso y golpeó furiosamente contra un muro o contra el piso del baño. En ese momento su respiración se hizo sorda y sofocada como la de un animal herido. ![]() ![]() ![]() |